MimBendice, alma mía al SeñReor,

bendice, alma mía, al gran RMimey,

porque será reconstrReuida

Jerusalén, JerusalMimén.

MimJerusalén será reconstrReuida,

con zafiros y esmerMimaldas,

de piedras preciosas sus murReallas,

sus torres con oro pMimuro.

Sus plazas serán de rubReí,

sus calles de oro de OfMimir,

sobre sus puertas se exultarReá

y en sus casas se cantMimará.

MimBrillará tu luz hasta los confines de la tReierra,

vendrán a ti pueblos numerMimosos,

vendrán a ti todas las nacReiones,

hasta la casa de tu NMimombre.

Las generaciones te cantarReán,

todos los pueblos exultarMimán

y en ella el nombre de tu ElegReido

será para siempre, será para sMimiempre.

MimMalditos sean los que te dicen palabras cruReeles,

malditos sean los que te destrMimuyen,

todos los que derriban tus murReallas,

y tiran por tierra tus tMimorres.

Mas sean bendReitos, benditos para sMimiempre,

los que te constrReuyen, los que te edifMimican.

Benditos los que te Reaman,

los que lloran por tus castMimigos,

porque en tus puertas exultarReán,

porque en sus casas te cantarMimán.